Diez años después, el rey de copas volvió a salir a escena. Y lo hizo de la mejor manera, de la que más le gusta a sus hinchas: jugando un muy buen fútbol, con gran poder ofensivo y exquisitos ejecutantes de una partitura aprendida a la perfección y nacida de los conceptos de su entrenador, Miguel Ángel Brindisi.
Diez años después, el rey de copas volvió a salir a escena. Y lo hizo de la mejor manera, de la que más le gusta a sus hinchas: jugando un muy buen fútbol, con gran poder ofensivo y exquisitos ejecutantes de una partitura aprendida a la perfección y nacida de los conceptos de su entrenador, Miguel Ángel Brindisi.
El miércoles 9 de noviembre de 1994 se consagró campeón de la Supercopa por primera vez, derrotando en la final a Boca Juniors por 1-0 con un inolvidable gol de Sebastián Rambert. De ese modo, colocó en sus repletas vitrinas, el único trofeo que no tenía.
Su última conquista internacional databa de 1984, cuando alzó la Copa Libertadores por séptima vez, siendo hasta el día de hoy, el club que más veces la ganó.
El equipo se asentaba en la seguridad de Luis Islas en la valla, una sólida línea de fondo integrada por Néstor Craviotto, Claudio Arzeno, José Serrizuela y Guillermo Ríos. En el medio, las tareas estaban bien repartidas: Hugo “perico” Pérez y Diego Cagna más retrasados, para la recuperación y el primer pase y Gustavo López y Daniel Garnero, para una creación plena de talento. Los delanteros eran efectivos y muchas veces incontenibles: Sebastián Rambert y Albiero Usuriaga.
En la primera fase dejó en el camino a Santos. Tras perder en Brasil 1-0, se recuperó goleándolo en Avellaneda 4-0, mientras que en cuartos de final, eliminó a Gremio: 1-1 en Porto Alegre y 2-0 en Buenos Aires. En la semifinal, tuvo como adversario a otro brasileño: Cruzeiro. Y repitió los scores del debut, ya que cayó como visitante 1-0 y venció como local 4-0.
Por primera vez en la historia de aquel certamen que reunía a los campeones de la Copa Libertadores, se enfrentaban en la final dos elencos argentinos. Boca Juniors era dirigido por César Menotti y había vencido a Peñarol, River Plate y Sao Paulo.
El cotejo de ida fue en la “bombonera” con marcador 1-1, manteniendo la expectativa para el desquite en Avellaneda. Éste match fue tan parejo como el anterior y no lograban sacarse ventajas, hasta que a los 55 minutos, Gustavo López tomó una pelota en mitad del campo sobre la derecha y, aprovechando el adelantamiento de la defensa rival, con un perfecto pase dejó solo con Navarro Monyota a Rambert, quien definió con gran categoría por sobre la cabeza del arquero, decretando el 1-0 que sería el resultado final.
Nuevamente Independiente era el mejor del continente. Con un equipo inolvidable, se daba el gusto de ser el super campeón de América.
Formaciones de la última final.
Independiente: Luis Islas; Néstor Craviotto (Jorge Gordillo), Claudio Arzeno, Guillermo Ríos; Diego Cagna, Hugo Pérez; Gustavo López, Daniel Garnero; Albiero Usuriaga (Alfredo Cascini), Sebastián Rambert. DT: Miguel Brindisi.
Boca Juniors: Carlos Navarro Montoya; Nelson Vivas, Fernando Gamboa, Néstor Fabbri, Carlos Mac Allister; Roberto Acuña, Fabián Carrizo (Wálter Pico), Alberto Márcico; Sergio Martínez, Rubén Da Silva (John Tréllez), Luis Carranza. DT: César Menotti.
Eduardo Bolaños – CONMEBOL.com
Foto: Independiente – Página Oficial