Ganar una Copa Libertadores fue desde siempre, el máximo anhelo continental de cualquier equipo. Y también conlleva en cada ocasión una empresa muy complicada. Por los viajes, el desgates, la planificación y la calidad de rivales. Imaginemos entonces el cariz de la hazaña de Independiente, que logró cuatro títulos consecutivos entre 1972 y 1975.
El comienzo de aquella magnífica serie fue en 1972, edición en que la regresó a la Copa Libertadores, tras cuatro años de ausencia. Ganó con autoridad el grupo 1, donde disputó hasta el final con Rosario Central la chance de clasificar a la siguiente instancia. Y por ello fue tan importante la victoria en el match entre ellos en Avellaneda por 2-0 con goles de su jugador símbolo: José Omar Pastoriza
La zona semifinal la compartió con dos duros adversario como Barcelona de Guayaquil y Sao Paulo. A falta de dos partidos (ambos ante el cuadro brasileño), Independiente lo aventajaba por dos puntos. En territorio paulista se impusieron los locales 1-0 gracias a una conquista de Toninho Guerreiro a 10 minutos del final, dándole alcance en las posiciones. Todo debía definirse en Avellaneda, donde los rojos eran implacables y sellaron el pase a la final con un concluyente 2-0 con tantos de Agustín Balbuena (olímpico) y Dante Mírcoli.
Allí lo esperaba un fantástico oponente, que había dejado en el camino en su grupo semifinal a Peñarol y Nacional: Universitario de Perú, primer equipo del Pacífico en acceder a la definición del máximo torneo continental. Un equipo que combinaba a la perfección juventud con experiencia, en el marco de un juego atildado y efectivo, donde deslumbraban Héctor Chumpitaz, Percy Rojas, Juan José Muñante, Oswaldo Ramírez y el arquero Humberto Ballesteros.
El 17 de mayo un estadio Nacional de Lima colmado vio como no pudieron sacarse ventajas y el empate en cero dejaba en inmejorable situación al elenco argentino para la consagración. Y ella llegó el 24 de mayo en su cancha, con un 2-1 tan ajustado como lo fue el desarrollo del match. Eduardo Maglioni abrió el marcador a los 6, hecho que llevó a Universitario a plantarse en campo rival. A los 17 del segundo tiempo, nuevamente Maglioni colocó el 2-0 que inició los festejos, que no se empañaron por el descuento de Percy Rojas (a la poste futbolista del los rojos) a 11 del epílogo.
Independiente alzaba por tercera vez el trofeo con un maestro como Pedro Dellacha en la dirección técnica, una sólida defensa que solo concedió dos goles en las dos etapas finales, conformada por Miguel Santoro, Eduardo Commisso, Luis Garisto o Miguel Ángel López, Francisco Sa y Ricardo Pavoni y el liderazgo de uno de los más grandes ídolos de su rica historia: José Omar Pastoriza.
Síntesis de la final
Estadio de Independiente – 24 de mayo de 1972
Independiente: Miguel Santoro; Eduardo Commisso, Luis Garisto, Francisco Sa, Ricardo Pavoni; José Pastoriza, Miguel Raimondo, Alejandro Semenewicz; Agustín Balbuena, Eduardo Maglioni (Manuel Magán), Hugo Saggioratto (Dante Mírcoli). DT: Pedro Dellacha.
Universitario: Humberto Ballesteros; Eleazar Soria, Fernando Cuellar, Héctor Chumpitaz, Julio Luna; Hernán Castañeda, Luis Cruzado, Rubén Techera (Fernando Alva); Juan José Muñante, Percy Rojas, Oswaldo Ramírez (Héctor Bailetti). DT: Roberto Scarone.
CONMEBOL.com/Eduardo Bolaños