Se llama Marianela Ramírez Velasco, es árbitro de fútbol y una de las cinco juezas con escarapela FIFA que tiene Ecuador.
Desde el inicio de la segunda fase del Campeonato Ecuatoriano femenino, la Federación Ecuatoriana de Fútbol decidió incluir ternas del fútbol profesional.
"Llevo ya cinco años como árbitra de fútbol. Un amigo me motivó para que siguiera el curso que se abrió en Latacunga. Fuimos para allá, las clases duraron casi un año", detalla Marianela, de 25 años.
Nació en Píllaro pero reside en Quito y pertenece a la Asociación de Árbitros de Pichincha. Ha seguido todo el proceso de ascenso desde la cuarta categoría hasta la segunda. "En el ámbito femenino no hay primera categoría profesional. Lo importante en mi carrera es mi escarapela FIFA que me permitió dirigir un Sudamericano y la Copa Libertadores femenina el 2016". Esa participación internacional la realizó junto con Dayana Paredes, árbitra asistente de Cuenca, y con Susana Corella, árbitra central de Guayaquil.
"Soy una de las árbitras asistentes más jóvenes de Sudamérica y me están preparando para los mundiales Sub 17 y Sub 20 que se realizarán el próximo año, ese es mi objetivo a cumplir".
Cada fin de semana dirige partidos de los torneos masculinos de las divisiones formativos desde las Sub 12 hasta la Sub 18, Reserva y Segunda Categoría y los partidos zonales de ascenso. "Más que estadios difíciles, hay equipos difíciles. Las rivalidades de los clubes profesionales se trasladan a las divisiones menores y el ambiente se vuelve tenso".
El fin de semana último formó parte de la terna arbitral que dirigió el cotejo entre Liga Deportiva Universitaria Amateur de Quito y 7 de Febrero de Los Ríos, por el Campeonato Nacional femenino. Trabajó junto al árbitro Juan Dillon y al segundo asistente, Stalin Ruiz. "Cumplimos con el protocolo de llegar dos horas antes, chequeamos que la cancha se encuentre en buenas condiciones, que las líneas estén claras. Conversamos con los entrenadores y luego trabajamos por una hora y media con mis compañeros de terna".
Alterna esta profesión con sus estudios de Diseño Gráfico. "Tengo el título de Parvularia, ejercí por un año, pero luego dediqué mi tiempo a los estudios y al fútbol. El arbitraje es algo que no lo dejo por nada en el mundo". Por eso siempre está en constante preparación física y académica. "Al año rendimos tres pruebas para mantener nuestra ubicación en el escalafón nacional".
También, dirige partidos de los torneos barriales. "Allá me acompaña mi familia, que al principio no me apoyaba". Sus padres, Romelia y Ángel, y sus hermanos Byron y Andrés, ponían reparos al hecho de que Marianela compartiera viajes y camerinos con compañeros varones. "Poco a poco se han dado cuenta que este es un trabajo. Se sintieron alegres cuando me dieron la escarapela FIFA, pero luego se preocuparon porque viajé a Uruguay para la Copa Libertadores".
No van con ella a los estadios o las canchas donde dirige cada fin de semana. "Así lo prefiero. No quiero que escuchen todo lo que se dice de los árbitros, y para nosotros (la familia) es una distracción".
(Fuente: El comercio)