A pesar de sus 26 años, el delantero Alexis Sánchez mantiene el apodo de "Niño Maravilla" gracias a sus travesuras con la pelota, armas que quiere utilizar para darle a Chile su primer título y confirmarse como estrella mundial.
Desde que llegó hace casi un año al Arsenal de Inglaterra, Sánchez logró dos títulos y se ha convertido en el goleador del equipo. Su desatada forma de jugar y gran despliegue físico hicieron que los hinchas "gunners" lo eleven al cielo de los ídolos del club londinense.
"Cada vez que alguien toma la pelota siento que me quitan mi juguete", dijo Alexis en una última entrevista con la televisión chilena.
– Ganar la Copa –
Alexis ha hecho gala de su gran destreza con el balón y su capacidad de marcar goles fantásticos en el Arsenal, y que ahora pretende repetir para alcanzar su nueva meta: guiar a la selección chilena en su primera Copa América.
Apenas tres días después de ganar la FA Cup con el Arsenal, Alexis retornó a Chile, en medio de la expectación de los hinchas. Con un saco largo, una gorra negra y sus inseparables perros labradores, el delantero chileno envió un saludo a la distancia, mostrando su aún introvertida personalidad que lo ha mantenido lejos de la prensa y de la bulla de la farándula.
Sánchez siempre se ha mostrado cómodo en la selección. Ahí, junto a sus compañeros, a los que en su mayoría conoce desde juveniles, se relaja, hace bromas incluso hasta cansar a algunos, pero al momento del entrenamiento es de los que más trabaja.
Su despliegue físico es impresionante: mientras el resto del equipo descansa, él sigue pese a que el cuerpo técnico le pide que se detenga, en un sello que ya ha marcado su carrera.
Chile confía en la capacidad de Sánchez, y aunque el técnico de 'La Roja', el argentino Jorge Sampaoli pone el esquema por sobre las estrellas, el 'Niño Maravilla' es pieza fundamental para lograr la ansiada y esquiva Copa América.
"Apuntamos a ganar la Copa América", ha dicho Sánchez.
Con 10 años de fútbol en la espalda, Alexis se transforma en un veterano que aún tiene mucho balón para maravillar.
